lunes, 4 de febrero de 2013

Colocando los alimentos en la nevera


Hace ya bastante tiempo que dejamos atrás la “Fresquera”, aquel compartimento de la casa que ayudaba a mantener los alimentos fríos. Con la llegada de la electricidad a los hogares y el frigorífico, podemos conservar y retrasar la degradación de muchos alimentos.
Las bajas temperaturas pueden controlar el desarrollo de microorganismos presentes en los alimentos así como ralentizar reacciones químicas que los deterioran.

Pero debemos tener en cuenta que la distribución de los alimentos en la nevera es un factor importante para su conservación ya que, ni el frigorífico mantiene una temperatura igual en  todo su interior, ni todos los alimentos necesitan la misma temperatura para conservarse.  
La distribución de temperas en una nevera suele ser la siguiente:
  •          Estante superior, se encuentra a unos 6-8ºC
  •          Estantes centrales, alrededor de 4ºC.
  •           Estante inferior, es la parte más fría de toda el frigorífico, a 2ºC
  •          La puerta, la zona más “cálida”, a 10-12ºC
  •          El cajón inferior, entre 8-10ºC

Vamos ahora a colocar los alimentos según sus necesidades de conservación:
  •        Alimentos perecederos, como son las carnes, pescado o marisco. Deben colocarse en las zonas más frías, es decir, la parte baja de la nevera. Al almacenarlos, se debe comprobar que no haya contaminación con otros alimentos por contacto directo o por goteo. El pescado, tenemos que dejarlo limpio y tapado de este modo puede  conservarse 2 días y la carne, 4 ó 5 días
  •        Frutas y verduras al cajón.  No necesitan tanto frío porque pueden estropearse a bajas temperaturas y deben colocarse quitando aquellas partes que pueden contaminar otros alimentos, por ejemplo los restos de tierra de los puerros. Hay que tener en cuenta que no todas las verduras y frutas necesitan frío. Tomates, pimientos y frutas tropicales pueden conservarse fuera de la nevera si se consumen pronto.
  •      Alimentos que no precisen más que una pequeña refrigeración, a los estantes de la puerta. Por ejemplo, el agua y otras bebidas, las salsas tipo ketchup o mostaza.
  •      Los alimentos ya cocinados, en  estantes centrales, vigilando que no goteen para no contaminar los estantes inferiores y tapándolos si desprenden olor ya que otros alimentos como la leche pueden absorber esos olores. También es importante dejar enfriar estos alimentos antes de meterlos en la nevera, porque de lo contrario, la temperatura dentro de la nevera sube, gastamos más energía en que el frigorífico vuelva a su temperatura y podemos incluso dañar el sistema de refrigeración.
  •    El resto de alimentos, se pueden distribuir en los estantes central y superior: yogures, quesos, embutidos, margarinas, huevos…
Patricia López Álvarez

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