Hace poco
tiempo realizamos un artículo sobre la importancia de hacer el desayuno
Para llevar
un día a día mejor y llevarlo con más energía. Hoy nos adentramos en el hecho
de hacer deporte en ayunas y de los efectos contrarios que puede ocasionarnos a
corto y largo plazo.
Existen
muchos estudios y artículos en los que plantean el ayuno como la solución ideal
para la pérdida de grasa y por lo tanto de peso, pero la mayoría pertenece a
los “expertos” en gimnasios, los que anteponen la pérdida de peso a la salud.
Es cierto,
que al hacer ejercicio en ayuno se eliminan mas grasas, pero se puede entrar tanto en hipoglucemia como
en catabolismo muscular (llegar
a quemar músculo como energía, y así perder masa muscular). El cuerpo al no
tener reservas de energía tienes más probabilidades de sufrir n desmayo durante
el ejercicio, que no se recomienda que pase de unos 45 min, y de una manera no
muy intensa ya que pueden aparecer mareos, vómitos, náuseas…
Por otro
lado aunque con el ejercicio en ayuno se quemen mas grasas, en el momento en el
que se desayune o se haga un almuerzo al no hacer ejercicio después, los
nutrientes consumidos se almacenarán en el organismo en forma de grasas para
poder reemplazar a las quemadas anteriormente.
Además, otros
estudios de tipo endocrinológico
afirman que realizar ejercicio en estado carencial
de alimentos recién ingeridos ayuda… ¡a ralentizar el metabolismo! como respuesta de alerta del cuerpo
humano, mucho más preparado para la supervivencia de lo que pensamos.
Desde
aquí pensamos que el deporte en ayunas puede tener mas efectos negativos que
positivos en nuestro organismo, y de hacerlo lo deberíamos hacer de una manera muy suave
y no todos los días.