lunes, 2 de diciembre de 2013

Cebolla pochada en vino

Hoy vamos a cocinar con uno de los alimentos que en la dieta entra dentro de la lista de Alimentos de Libre Consumo, es decir, que podemos añadir a cualquier menú que tengamos. Ese alimento es la cebolla.

A muchos (yo me incluyo en este grupo), la textura crujiente de la cebolla y el sabor picante no les resulta agradable a la hora de comer y en cambio, la cebolla cocinada sí que les gusta.

Es muy fácil, basta con cortar la cebolla en trozos y ponerlos en una cazuela con agua y vino blanco a partes iguales:


Los dejamos cocer hasta que la cebolla quede blandita y si es necesario, añadimos más agua si se nos queda muy seco y aún no hemos conseguido la textura que queremos.
Por cierto, se podría hacer lo mismo con vino tinto, y obtendríamos la cebolla coloreada.


Esta cebolla, la podemos guardar en un tarro de cristal en la nevera durante una semana y utilizarla en diferentes platos.

Por ejemplo, de acompañamiento a segundos platos tipo carne, aves hamburguesas...




O también para acompañar a algún sandwich, como el de pollo que comentamos en la entrada del jamón crujiente:



Patricia López